Y te encontré
Soy Arantxa y hoy te quiero contar por qué hacemos estas esculturas.
Después de formarme en la escuela de Arte de Pamplona como interior designer, obtuve una beca para ir a Florencia, para mí, la ciudad del arte y el amor, ya que allí conocí a mi compañero de vida. Esa etapa en Italia me llevó a aprender su idioma, a conocer sus costumbres y a empaparme de su arquitectura, pintura y escultura.
Y como todo, esa etapa llegó a su fin. LLegó el momento de separarnos, o eso creíamos porque…
Y no te dejé ir
Soy Antonio, y no, no nos separamos, pero sí supimos qué se siente al vivir distanciados.
Yo me trasladé a Milán a trabajar en un estudio y allí esperé por un año a reunirme con Arantxa de nuevo. Los dos disfrutamos recorriendo cada lugar en el norte de Italia hasta que llegó la crisis y nos aventuramos a vivir otra intensa etapa de nuestras vidas, esta vez sería en Londres.
Durante siete años en esa magnífica ciudad multicultural nos dejamos envolver de cientos de influencias culturales y artísticas. Ambos estudiamos fotografía completando así nuestro background artístico y nos dedicamos profesionalmente a ello.
Esta ciudad nos permitió descubrir el apasionante mundo del lifecasting, un mundo que nos atrapó y apasionó inmediatamente. Realizamos cursos y vimos trabajar a profesionales. Desde entonces no hemos parado de investigar formas, materiales y acabados para poder ofrecer el mejor producto.
Entremedio la vida fue pasando, el tiempo se escapaba y al vivir lejos de nuestras familias siempre tuvimos esa sensación de querer alargar la mano tan lejos, tan lejos, que nos pudieran coger desde nuestros países de origen a pesar de la distancia.